miércoles, 17 de septiembre de 2014

El silencio de los inocentes

El silencio de los inocentes es una de las crónicas que uno nunca quisiera leer y no porque tenga una mala calidad narrativa, todo lo contrario, sino porque alcanza tan altos niveles de calidad periodística que se quisiera creer que se está leyendo un texto de ficción y no una noticia a profundidad.

Debo también destacar la reportería impecable; los personajes hablan y aparecen en los momentos más precisos de la historia, un lead que no solo llama la atención, sino que nos obliga a seguir leyendo todos los acontecimientos, la tensión o el suspenso con el que se lleva la historia son determinantes, una línea lleva a la otra con total ilación precisión y armonía.

Los diálogos son otro punto crucial en esta historia, así como todos los personajes que los entablan, otorgan credibilidad y nos permiten recrear cada escena en nuestra mente.

Y aunque las crónicas no están hechas para ser exaltadas, sino para informar, debo decir que el cierre es tan magistral como los párrafos anteriores, al mejor estilo de una novela literaria, una historia que no queda incompleta y un final que no llamaré feliz, pero sí justo.


Reflexión sobre la lectura de Novoa, José Luis y Escamilla, José Luis (2010). Años de fuego (Editorial Planeta).

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