sábado, 23 de agosto de 2014

Reflexión sobre la Agenda Temática en el periodismo

¿Qué acciones voy a tomar para ser más crítico frente a la información que transmiten los medios de comunicación?

En definitiva, la educación frente a la "democratización" de los medios, es una de las
acciones más importantes frente a este tema, la consciencia plena y total de
que no toda la información contenida corresponde a elementos como la veracidad
y la realidad, es una herramienta indispensable para comprender el mensaje de
fondo. 

Es la educación la que permite una construcción real de las sociedades, la que no permite que se entregue la mente de forma servil a favor del consumismo desmedido, sino todo lo contrario, ayuda a moldear una opinión propia, a guardar la neutralidad y asumir una postura reflexiva, como responsable.

Es indispensable que exista un "aprendizaje en y para los medios de
comunicación",

¿Cuál es mi actuación profesional y ética como periodista frente a la construcción de agendas temáticas para medios de comunicación?

La verdad es uno de los principios o valores éticos más importantes en el periodismo, es por eso que en la responsabilidad de contar historias (independiente del medio) no puede faltar este elemento.

En la construcción de la Agenda Temática se debe plantear como primera medida cuál es la función social de la noticia o del hecho que deseo dar a conocer, incluso por encima de los demás elementos periodísticos.

Análisis de La Agenda Temática




Producción de Prensa

ANÁLISIS DE LA AGENDA TEMÁTICA

Por: Natalia Llanos Zapata

Tal y como lo menciona  Manuel López en su libro Cómo se fabrican las noticias, la agenda temática es todo un proceso de producción periodística que tiene generalmente unos fines sociopolíticos y económicos, que a través del  énfasis a una noticia o su omisión contribuye a la construcción manipulada de intereses, a la orientación de pensamientos y decisiones, a la parcialidad y la subjetividad “según los criterios determinados por los medios”.

Nuestros medios locales y nacionales están dirigidos por grandes grupos económicos que terminan confirmando lo que menciona el autor, los medios actúan “activamente en nombre de la clase dominante y del estado burgués, todo ello con el intento de sofocar y acallar a la oposición y limitar la desviación política y social”.

Es decir, la selección parcial de la agenda temática permite “acreditar” o “demonizar” un hecho o un personaje, según los intereses particulares del medio.

Una de las noticias con más eco fue y sigue siendo el famoso “Caso Colmenares” e insinúo la palabra famoso, por el alto revuelo y despliegue de medios que tuvo la muerte de un joven – que sin pretender sonar indiferente – es un hecho constante en nuestro país, todos los días son asesinadas una gran cantidad de personas en Colombia, algunas de las que incluso no se escribe o se pronuncia nada.

Si analizamos este hecho, el caso Colmenares tuvo resonancia por la posición económica  y social de su familia, por la  repercusión jurídica y por tratarse (a mi parecer) de una noticia de toque novelesco en el que se esperaba un final feliz, que en este caso no era otro que el de encontrar un culpable.

Vemos asimismo, como la influencia de ciertos sectores, determinan la “producción del temario periodístico”. De hecho, esta influencia se ha ejercido durante décadas en los partidos políticos que poseían sus propios medios de comunicación. Históricamente los partidos políticos colombianos como Liberales y conservadores han sido dueños de los principales diarios del país y se han aprovechado de sus líneas para conducir las ideas de la gente denominada como “popular” por conveniencia.

De manera que en algunos casos se puede  presentar unas noticias o “silenciar” otras, lo que claramente puede tener un “claro efecto sobre la opinión pública”, como por ejemplo el pensar de forma general.

Es por esto que la elaboración de una agenda temática debe procurar ciertos lineamientos, descritos como “el gran reto de los medios ante la inminente sociedad de las autopistas de la información”.

Estos lineamientos son definidos por Manuel López como “las bases de una agenda temática correcta”, con las que se pretenden ultimar, a través de unas fases, los paradigmas engendrados en sí misma.

De este modo, los medios deben encaminar la “planificación diaria y a mediano plazo” para poder dar cumplimiento a la agenda temática y las fases mencionadas como:

* Previsión de las noticias: el tiempo se vuelve fundamental en las “previsiones de la plantilla redaccional”

* Preparar el tratamiento de temas enunciados: en función de “garantizar” las noticias anunciadas en un tiempo próximo.

Otro aspecto que se nos muestra como fundamental, es el de saber qué sucesos son noticia y cómo se fusionan con la agenda temática. “(Bockelman, en Saperas 1987)” sugiere que la crisis es noticia; el reconocimiento, el éxito político, la novedad por encima de lo viejo, los dramas, el enriquecimiento, lo extraordinario, lo exótico, lo privado sobre lo general, todo esto es noticia y va desde la agenda particular del periodista hasta la del medio, hasta convertirse en una sola.

Por tanto, en nuestros medios de comunicaciones nacionales y locales priman unos hechos por encima de otros, partiendo quizá de las premisas expresadas por Saperas y que hoy por hoy, siguen vigentes en la manera de hacer noticia.

Saperas (1987) nos comparte también cuatro especificaciones de la agenda temática, que contribuyen a la producción del temario periodístico y que independientemente de la línea de nuestros medios nacionales, se emplean para darle forma a la noticia (como ya se ha puntualizado) concebida en la agenda temática. Estas cuatro especificaciones son:

1.     La agenda intrapersonal (individuo)
2.    La agenda interpersonal (un grupo de individuos)
3.    La agenda del medio (temas de actualidad)
4.    La agenda  pública (la opinión pública).

Por esta razón y para concluir, se puede inferir que nuestros medios locales y nacionales emplean las anteriores especificaciones dentro de su producción noticiosa, pero que están fuertemente arraigados a grandes grupos económicos que obstaculizan los verdaderos valores del periodismo como la claridad, veracidad y sobre todo objetividad.